SEXTINA
La sextina es un poema integrado por 39 versos endecasílabos que se
agrupan formando seis estrofas de seis versos cada una y una como remate final
de tres versos llamada contera. Se repiten seis palabras, las mismas, al final
de los versos de cada estrofa y según un orden prefijado. Suele utilizarse para
escribir poemas de amor.
Una sextina debe obedecer al siguiente esquema:
1ª estrofa: A B C D E F
2ª estrofa: F A E B D C.
3ª estrofa: C F D A B E
4ª estrofa: E C B F A D
5ª estrofa: D E A C F B
6ª estrofa: B D F E C A
1ª estrofa: A B C D E F
2ª estrofa: F A E B D C.
3ª estrofa: C F D A B E
4ª estrofa: E C B F A D
5ª estrofa: D E A C F B
6ª estrofa: B D F E C A
La contera: (A-B),
(D-E); (C-F)
REFLEJARSE EN TU CARA
Reflejarse en tu cara quiso el cielo
y en él poner el brillo de dos soles
que iluminen la gloria de tu rostro
naciendo de la noche de tu pelo.
Son nubes de algodón y paz tus manos
y calor, luz y fuego son tus ojos.
Crucé el inmenso mar que hay en tus ojos,
de luminoso azul robado al cielo;
busqué seda y ternura entre tus manos,
dos mundos iluminas con tus soles
que enlazas con
las trenzas de tu pelo
bajo el cielo sereno de tu rostro.
Amor destila luminoso el rostro
que nace a borbotones de tus ojos.
Brunas hebras de seda, negro pelo,
enmarcan con su sombra el limpio cielo,
brillantes por la luz de los dos soles,
peinadas con esmero por mis manos.
Cuna para el arrullo son tus manos,
dulce paz maternal tu bello rostro,
faros para sus noches son tus soles
cuando buscan el cielo de tus ojos,
mirándote los tuyos , a su cielo
cubiertos por la mata de tu pelo.
No hay más negro azabache que tu pelo,
ni amor mas generoso que tus manos,
ni más limpio horizonte que tu cielo;
no hay sosiego más tierno que tu rostro,
cielo más velazqueño que tus ojos,
ni hay astros más vitales que tus soles.
Vida, amor y esperanza son tus soles,
seda sensual para el amor tu pelo,
intenso azul de cielo y mar tus ojos.
Anhelo las caricias de tus manos,
llenar de besos tu divino rostro
y morir a las puertas de tu cielo.
Gozar quiero en tu CIELO, de tus SOLES;
tu PELO destejer, entre mis MANOS
y tu
ROSTRO al besar, cerrar mis OJOS.
JESS
Jajajajajaj, Carlotta, siempre se exagera por las mermas. Gracias por tus elogios, halagos y hasta por tus exageraciones. Mi consejo: no intentes una sextina. Para escurrir he dejado la camisa. Nunca más. Pero si te ha gustado, ha valido la pena. Gracias por tu generosidad. Beso
ResponderEliminarSextina de los desiguales
ResponderEliminarUn asno soy ahora, y miro a yegua
bocado del caballo y no del asno,
y después rozo un pétalo de rosa,
con estas ramas cuando mudo en olmo,
en tanto que mi lumbre de gran día
el pubis ilumina de la noche.
Desde siempre amé a la secreta noche,
exactamente igual como a la yegua,
una esquiva por ser yo siempre día,
y la otra por mirarme no más asno,
que ni cuando me cambio en ufano olmo,
conquistar puedo a la exquisita rosa.
Cuánto he soñado por ceñir a rosa,
o adentrarme en el alma de la noche,
mas solitario como día u olmo
he quedado y aun ante rauda yegua,
inalcanzable en mis momentos de asno,
tan desvalido como el propio día.
Si noche huye mi ardiente luz de día,
y por pobre olmo olvídame la rosa,
¿cómo me las veré luciendo en asno?
Que sea como fuere, ajena noche,
no huyáis del día; ni del asno, ¡oh yegua!;
ni vos, flor, del eterno inmóvil olmo.
Más sé bien que la rosa nunca a olmo
pertenecerá ni la noche al día,
ni un híbrido de mí querrá la yegua;
y sólo alcanzo espinas de la rosa,
en tanto que la impenetrable noche
me esquiva por ser día y olmo y asno.
Aunque mil atributos tengo de asno,
en mi destino pienso siendo olmo,
ante la orilla misma de la noche;
pues si fugaz mi paso cuando día,
o inmóvil punto al lado de la rosa,
que vivo y muero por la fina yegua.
¡Ay! ni olmo a la medida de la rosa,
y aun menos asno de la esquiva yegua,
mas yo día ando siempre tras la noche.
CARLOS GERMÁN BELLI
Gracias por responder a mi sextina
ResponderEliminarcon otra del poeta peruano.
Llega su estro, del país hermano,
hijo del Inca, pura raza andina.
Impensable tener hoy por vecina
la creación de quien fuera candidato
al Nóbel dos mil siete y cuyo ornato
más que al firmante, al Blog que nos da asilo
enriquece y da brillo con su estilo.
Gracias Carlos Germán por tu relato.