lunes, 26 de mayo de 2014

Palabra



Hay veces
en que el sueño me apresa
y el alba me devuelve
convertida en niebla:
mitad transparente,
mitad grisácea.
Toda agua oceánica
en marejada.

Otras veces
el amanecer me sorprende
como bruma, blanca, estancada:
fantasma quieto
que no le impresiona a nada.

Y las más,
las veces más contadas,
son aquellas
en que la noche se pasa,
se pasa el amanecer,
y también el alba se pasa,
derramando letras
desde mi ombligo
hasta mi lengua callada.

Toda yo... palabra.
Palabra amordazada
desbordando al silencio
en la sombra de la madrugada.

Entonces se me antoja
tu boca,
satélite rojo,
atrapándola.
Siendo tú
el único cuenco
capaz de contenerla,
capaz
de darle morada...
aguardando,
al ser cautiva,
se transforme
de muerta y prohibida
a vivida y pronunciada.



 -Hechizada-

sábado, 24 de mayo de 2014

Pensarte

Poema de musiquilla, interpretado por Rey Moro. Dale al play y permite que los sentidos, sentimientos y emociones se pongan en solfa.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Fotos de Nethuns (2)











Fotos de Nethuns











FabiHumor

Un psicólogo venezolano llama a un colega a las 2 de la mañana:

- ¡Tienes que venirte para mi consultorio inmediatamente!

- ¿A las 2 de la mañana?
- Es que tengo un caso único aquí!
- Pero... ¿de qué se trata!?
- ¡Tengo un caso de complejo de inferioridad!
- ¿Estás loco?... ¡Yo atiendo a MILES de pacientes así, todos los días!
- Si, si... pero... ¿argentino?
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Alguna vez, al ver a tus contemporáneos has pensado: "seguro no me veo tan viejo"?


Estaba en la sala de espera para la primera cita con una dentista nueva.
Leí su nombre completo en el diploma y recordé una chica alta muy esbelta, de pelo oscuro bien largo, compañera de clase en el bachillerato hace poco más de 30 años.

¿Sería el mismo bombonazo que me gustaba en ese entonces?
Al verla descarté la idea rápido, tenía arruguitas en las cara, con pelo entrecano, y estaba muy vieja para ser mi compañera... ¿¿¿o sería???
Al terminar el examen le pregunté si había asistido a la preparatoria Morgan Park.
- Si, si - contestó orgullosa.
- ¿Cuándo te graduaste? - pregunté.
- En 1969, ¿por qué preguntas?
- ESTABAS EN MI CLASE ! - exclamé.
Me miró de cerca y luego la muy atorrante,  me preguntó:
- ¿ QUE CLASE DABAS ?
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Un día Pepito fue a la escuela y la maestra pidió a los alumnos que para el día siguiente trajeran alguna cosa de la cruz roja, al otro día la maestra le pregunta a Pepito: ¿Qué has traido? Pepito respondió: Un tanque de oxigeno, y ella le pregunta: ¿Quién te lo dio?, mi abuelito respondió él y ¿Qué te dijo? Pepito: !!No te lo lleves, no te lo lleves!! 
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Una mujer se encuentra con otra después de algún tiempo y le pregunta:

Me asombra tu físico, ¿cuánto has adelgazado?

Le responde la otra: Me he quitado unos 80 kilos de grasa superflua.
Y la amiga le dice:
Tanto y ¿cómo lo has hecho?
Le responde de nuevo la otra:
Muy sencillo me he divorciado.
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Una guapa y joven  militante de La Campora y activista del modelo Kirchnerista coge el avión a Nueva York con un pasaje en clase

turista. Cuando aborda el avión repara que los asientos de primera clase son   mucho más grandes y confortables, por lo decide sentarse en el primer asiento vacío que ve. 
La azafata comprueba su billete y le dice a la chica que su asiento es de clase turista. 


La camporista responde:
- Soy joven y guapa, y voy a sentarme aquí hasta llegar a Nueva York. El capitán que en ese momento asciende al avión y observa la escena llama al Jefe de cabina y le ordena que ponga la cosas en orden...
El Jefe de cabina asiente y le manifiesta "yo tengo relación con varias amigas de esa chica y tengo experiencia al respecto"
El comandante deja entreabierta  la puerta de la cabina de comando y ve que la rubia luego de un breve diálogo abraza al jefe de Cabina y se va a ubicar en el asiento de turista que le corresponde...
¿Que le dijo? fue la pregunta del "capitán"
- Simplemente la informé de que los asientos de primera clase no van a Nueva York... fue la respuesta
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Dos amigas del instituto se encuentran al cabo de muchos años.


- Hola flaca!!!, cuanto tiempo, ¡he oído que te casaste!
- Sí, con un abogado, y un hombre muy honrado.

- Oye, pero eso no es bigamia ?
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Un pintor exhibía algunas de sus obras en una galería de arte. Una vez finalizado el período de exhibición, preguntó al dueño de la galería si entre los visitantes había advertido interés por adquirir alguna de sus pinturas.

El dueño le contestó:

-Bueno, hay una noticia buena y una mala.
El pintor le dijo que quería escuchar primero la buena. El dueño contestó:
-La buena noticia es que un señor rico y elegante me preguntó si yo creía que luego de que murieras tus pinturas adquirirían mucho valor y yo le respondí que sí. De inmediato adquirió 15 de tus cuadros y pagó en efectivo.
-¿Y la mala noticia cuál es?
-El señor me dijo que era tu médico...
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Un paciente llega a la consulta del doctor, con dos mujeres  negras de 20 años que lo traen abrazado.

-Mire doctor, ¿estas son las mulatas que me dijo?

-¡Muletas, imbécil, dije muletas!
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! Qué momento!
La mujer está dando a luz con fuertes dolores,
y el marido con pena le dice:
- "Mi amor me siento culpable por lo que estas pasando"
Y ella le dice: "no te preocupes, no es tu culpa"
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Jaimito le dice a su mamá:

¡Mamá¡, ¡mamá!, ¡dame dinero para dárselo a un pobre señor que pasó gritando por la calle!

La mama le responde:
¿Y qué gritaba ese señor?
-¡Helados! ¡Lleven sus helados!
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Muere el marido y en el cementerio un amigo reza por él diciendo:


- Estamos aquí para despedir al gran amigo, al hombre honesto y

cabal, lleno de cualidades y aptitudes, el marido modelo, el padre

ejemplar...
Al oírlo, la viuda coge de la mano a su hija y le dice:
- Vámonos hija, nos hemos debido equivocar de entierro.
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LLAMADA AL SAUNA

Un grupo de hombres está en el sauna de un club cuando suena un celular. Uno de los hombres contesta:

- ¿Si?
 Querido, eres tú? ¡Se oye horrible!
 ¡Hola... hola!
 ¿Estás en el sauna?
- ¡Sí!
 Estoy frente a la vidriera de una peletería viendo un tapado  de visón precioso. ¿Puedo comprármelo?
- ¿Y cuánto cuesta?
 Como 5.000 dólares...pero es lindo!!
-¡Dale! Y cómprate también un bolso que haga juego, amor mío.
- Bueno... esteee... resulta que también pasé por una agencia de autos... y pensaba que ya es hora de cambiar el mío, así que  entré y pregunté. ¿A que no sabés qué? Resulta que tienen un BMW en oferta y es el último que les queda.
- ¿Y de cuánto es esa oferta?
- Sólo 60.000 dólares... ¡y es divino! - Buuue... cómpralo. Pero que te lo den con todos los accesorios  y si sale un poco más, como situación excepcional, no me voy a enojar.
La mujer, viendo que hoy todos sus pedidos "pasaban", decidió arriesgarse:


- Cariño... ¿te acuerdas que te conté que mamá quería venirse a

vivir con nosotros? ¿Te parece bien que la invite por un mes, a prueba y el mes que viene lo  volvemos a hablar?


- Mmmbuuue!!... está bien, que venga de una vez... pero no me  pidas nada más, ¿eh?

-Sí, sí, está bien. ¡Ay... cuánto te adoro!
- Yo también te quiero. Un besito y te dejo. Chau.


Al colgar el teléfono, el hombre se gira al grupo y pregunta:

- ¿Alguien sabe de quién es este celular?
-------------------------------------------------   - :-) -
Oye Pepe, ¿sigues siendo novio de Pepita?
- No, ya no...


- Menos mal, que tía más impresentable, era fea, una niña mimada y

además estaba loca. No la merecías.
- Ya, bueno, pues ahora es mi mujer.
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Definición de Contador Público : Alguien que le resuelve un problema que usted no sabía que tenía, en una forma que usted no entiende.


-FABI-


martes, 20 de mayo de 2014

Algo sobre el amor

El amor, para que sea auténtico, debe costarnos.Madre Teresa De Calcuta
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El verdadero amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar al otro para que sea quien es.
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Hay siempre un poco de locura en el amor. Más también hay siempre un poco de razón en la locura.
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Escribir es como hacer el amor. No te preocupes por el orgasmo, preocúpate del proceso.
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El amor depara dos máximas adversidades de opuesto signo: amar a quien no nos ama y ser amados por quien no podemos amar.
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Ofrecer amistad al que pide amor es como dar pan al que muere de sed.
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No existe amor en paz. Siempre viene acompañado de agonías, éxtasis, alegrías intensas y tristezas profundas.
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                                      fabio


domingo, 18 de mayo de 2014

La Maestra (Cuento de Noa)


Armonía gritó brincando:


- ¡Niñas! ¡Buenas noticias! No hay clase. ¡Nos vamos de paseo!.

Y dando una vuelta sobre sus talones, dibujó la más graciosa pirueta que viera el universo. El enjambre de infantiles niñas coreó:

- ¡Bien de paseo!
- ¡Bien, bien , bien!

Tijeras, dedales, telas y carretes lucieron, en el aire, sus piruetas acrobáticas.

- Rocío coge tu dedal.
- Alejandrina no te olvides de la goma.
- Andrea no te vayas a dejar el lápiz.
- Armonía, siempre descontentadiza, escuchó, sin alterarse, tales demostraciones de júbilo. Bueno, niñas. No sé para que armáis tal guirigay. El paseo se reducirá a buscar una nueva colección de insectos. Hoy buscaremos, coleópteros, aclaró a las niñas e hierbajos para el herbolario. La algarabía tomaba desmedidas proporciones. Todas querían hablar y ninguna tenía la virtud de escuchar.

Con quién iremos y Guadalupe haciendo mofa... sosteniéndose en un solo pie, comenzó a recorrer las clases, cantando: “A la pata coja lo volvió a ganar...”. Eran muchas las niñas que la seguían en tan incómoda postura, cantando el burlón estribillo. María se indignó, roja su carita de la ira. Vaya, pues no sé el porqué os burláis así. Doña María Cruz es bien buena y bien guapa. Pero es coja contestó: Guadalupe. A lo que repusó María, -además hace unas labores, preciosísimas, que ya quisieras hacer tú-.

- Bueno, no te metas a redentora, dijo Guadalupe.
- Quiero y me da la gana. Contestó, María
- ¡Cursi!
- Gritó iracunda Guadalupe.
- ¡Meticona!
- ¡Holgazana!, respondió María.
- ¿Yo?
- Sí... Tú...
- Pues mira para que rabies.

Y volviéndose a poner en postura de cigüeña pensativa, cantó por segunda vez.

- A la pata coja, perdí mi caudal, a la pata coja, lo volví a ganar...

Aquella diablesa de malvados sentimientos, capitaneaba a muchos diablillos que aplaudían y coreaban sus fechorías.

Iban detrás cantando:

- A la pata coja...

Cuando abriéndose la puerta apareció doña María Cruz, a quien no escapó la burla de la que estaba siendo objeto. La misma burla de tantas y tantas veces.
Seria y altiva, sus ojos pasaron revista a las allí congregadas. Luego los detuvo un momento en Guadalupe. Pero ésta atrevida e insolente, recogió la mirada con gesto de desafío.

Era doña María Cruz, alta y de recia constitución. Su cuerpo, lleno de gracia, pregonaba salud. Sus ojos negros y grandes, soportaban dos arcos de cejas bien pobladas. Morena la tez. El pelo muy negro, liso y brillante, caía sobre su nuca, en gracioso rodete. Bellas y finas sus manos. Dulce y severa. Alegre y melancólica al mismo tiempo. Poseía el don de adaptarse a los papeles de juez y madre para con sus discípulas, a las que amaba tiernamente.


Exclamó:

- ¡De paseo! Y las chicas cruzaron, tumultuosas, la puerta de hierro.

Ante todas y como jefe de la banda marchaba Guadalupe, quien guiñaba sus ojos tan pronto a la izquierda como a la derecha, imitando los andares de la maestra.
Ya iban lejos y en pleno: las siluetas dibujaban en el suelo la grotesca burla.
María no se apartaba de doña María Cruz, arrancando a su paso matorrales y pedruscos que pudiesen entorpecer su paso y lastimarla. Con ellas iban otras niñas buenas, a las que la bondad y sabiduría de la maestra, estaban por ella cautivadas.
No corráis tanto... niñas, pero la voz de la maestra perdíase en el vacío. Las niñas iban de un lado para otro, y en vano doña María Cruz pretendió alcanzar a la alocada muchachería. Sus piernas querían ser ligeras, dibujar saltos, pero cada vez sentíase más pesada, hundiéndose su pobre cintura a cada paso, jadeante el cuerpo a los prestos movimientos.

El sol, siempre enamorado de la infancia, la contemplaba descaradamente. Era un sol fuerte y dorado, que envolvía las figuras adolescentes con esplendores de oro. El cielo de junio se pintaba de azul. Los pájaros cantaban una nueva sonata. Las zarzas, tan floridas estaban, que sus flores ocultaban las muchas espinas. Ladera abajo, los árboles mostraban su fecundidad. Cerezas, manzanas y peras, exibían sus cuerpos verdes, prometedores pronto de espléndida madurez.

El río más abajo aún, venía poco caudaloso, lamiendo huertos y vegas, y todo el paisaje cantaba la sinfonía del verano.

Y de repente doña María Cruz se dio cuenta de que el tren llegaba con paso de atrevida alfombra... sólo veía el tren, y allí junto a la vía, de espaldas al peligro, estaba Guadalupe, muy entretenida, agachado su cuerpo, buscando algo. Las niñas no se percataron, que se acercaba el filo de la muerte. Sólo vieron a doña María Cruz desprendiéndose de ellas y correr, correr, correr... como no pudieron jamás haber creído. Subía la loma sostenida en una pierna, ágil como un cervatillo. Saltó la distancia en breves segundos, respirando dificultosamente, jadeante... Al fin pudo coger el vestido de Guadalupe y arrastrarla consigo. Ambas rodaron ladera abajo. El pitido del tren estremeció la angustia de los corazones. Las niñas seguían aterradas, pues habían visto la muerte cernirse sobre sus cabezas... el peligro pasó.
Hubo unos instantes de silenciosa emoción. Guadalupe sentíase avergonzada.

Rompió el silencio la voz dulce de la maestra: Un momento más y te quedas coja, como yo.
Sentadas en la hierba formaban un corro encantador, agrupándose más y más cerca de aquella mujer que, en esos momentos, se les aparecía como una heroína. Todas las niñas sintieron despertaba su piedad. ¡Pobre doña María Cruz!. Pero la maestra, sonriendo, dijo:

Escuchad... Voy a contaros una historia, que hasta hoy nunca os conté…


Yo era una muchachita de diecisiete años. Decían que era guapa, y creo sinceramente que tenían razón. Fuerte y robusta. Cantarina y bulliciosa. Así era yo.
No conocí a mi padre. Mi madre deliraba por mis hermanos y por mí. Mis hermanos: Jesús y Juan, colmaban todos mis caprichos. Jesús fue pintor. Juan ingeniero. Yo había terminado mi bachillerato brillantemente, pues he de deciros que me encantaba el estudio.

Aquel día se celebró, en mi casa, con grandeza...

Por la tarde me llamó mi madre a su gabinete. Un estudio sencillo, mi madre odiaba el lujo y la ostentación, en cambio, cómo adoraba las flores, había buena cantidad de margaritas, amapolas, violetas, un árbol cuajado de camelias, rosas y clavelinas criados en nuestro huerto.

Doña María Cruz, siguió diciendo. Me senté en una butaquita a sus pies, y noté algo extraño en su voz... cual si estuviese velada por la inquietud y emoción, cosa rara en ella, siempre tan serena y tranquila, grave, pero jamás agria. Hija mía dijo has terminado, tu bachillerato y C.O.U con brillantez. Eres la primera en la academia. Estoy muy orgullosa de ti. Se detuvo... Y yo me preguntaba qué irá a decirme. Y... siguió diciendo: eso no es más que el primer peldaño de una escalera a subir. Tus hermanos han acabado sus carreras, y deseo que tú también curses la que desees. Eres rica, más de lo que supones, pues la herencia de vuestro padre, gracias a mis desvelos y economías la he duplicado. ¡Eres rica!. ¿Y qué?. La vida nos ha enseñado, con sus luchas y guerras, que la fortuna es como un tobogán y tan pronto lo vemos subir como bajar. El dinero se escurre de nuestras manos. Lo único seguro es "el saber" que llevamos con nosotros. Por lon tanto, quiero verte en condiciones, de ser autónoma y libre ante la vida. Y he pensado en tres carreras, muy apropiadas para ti... me dio tres carreras a elegir. Piénsalo bien y dime tu decisión.

Por la noche no podía dormirme, no me gustaban esas carreras, puesto que desde siempre quise ser maestra. A la mañana siguiente así se lo hice saber a mi madre. Entonces puso el grito en el cielo... diciendo cosas cómo... estás loca, ¿tú sabes lo que es el sacrificio del magisterio?. Lucha, renunciamientos. Y... sin pensarlo dos veces le respondí: ¡Es tan hermosa la infancia!. Mi madre continuó diciendo: La fruta de la ingratitud es una fruta muy frecuente en el árbol humano. Pero no hay nada más ingrato que la enseñanza. Tu trabajo estará lleno de espinas. En ese momento la interrumpí, y le dije razonando con vehemencia, ¿no vale nada, no vale nada alumbrar el alma, la inteligencia, moldear los corazones y formar personitas, que en un futuro sean personas que son para la humanidad y por la humanidad?. Seré maestra. ¡Amo a los niños!. Mi madre accedió a mis deseos. Fui maestra. A los veintidós años me seguía un grupo de pequeñajas. ¡Qué feliz era!. Nada me faltaba: Salud, bienes económicos y sobre todo, había realizado mi ideal. Me debía a la infancia. Me llegué a creer madre de aquellas niñas, cuando un día...
Precisamente fue en un junio como éste. Salimos de paseo. Mis piernas jóvenes y mi jóven corazón me volvían alegre en extremo. Corrimos, cogimos ramos de margaritas, amapolas y violetas, formamos diademas de florecillas silvestres.

También el río lamía la vega, los huertos, y la loma salpicada de fresca hierba se adornaba con soñadoras margaritas.

De pronto, un silbido retembló en mis oídos. Alcé la cabeza y le vi venir... Con su boca llena de humo y sus ruedas roncas de tanto caminar.

- ¡El tren venía el tren!

Y... allí pegadita a la vía, jugando con las piedras, estaba Xana. Doliéndome el corazón de tanta fuerza como repicaba, corrí, corrí, corrí, trémula, ciega de dolor, loca de emoción.

-Xana- llame en son de aviso. Trepé, me harañé por la loma como una cabrita. Pisoteé furiosa la hierba, me mordía los labios, sentí fuego en mi sangre. Ya llegaba... en un esfuerzo sublime, cogí a la niña con mis manos tirando de ella con todas mis fuerzas. Rodamos por la tierra... El tren ya estaba lejos. La niña fue salvada, pero mi pierna derecha quedó rota. Ya no quiero seguir contando... no quiero seguir recordando aquellos momentos. Así que ya sabéis porque soy coja.

Las últimas palabras de doña María Cruz fueron dichas en voz muy baja, con serenidad, sin titubeos, sin percibir en ellas la emoción. Se diría que su historia, era una historia no perteneciente a ella. Sus negros ojos miraban en silencio emotivo a lo lejos, como cautivados, por la belleza del paisaje. Las niñas escucharon el relato sin parpadear con un silencio cautivo. Al final un susurro impreciso, como un rebullir de percalillos, el azotar la brisa los grandes lazos blancos que se cernían, en las cabezas de cada una de las niñas.

Poco a poco fueron apiñándose tanto, que la maestra semejaba la pulpa de aquel delicioso fruto humano. De pronto, estalló un sollozo... Era Guadalupe, la que abriéndose paso entre todas, cayó a los pies de doña María Cruz y cubriendo de besos sus manos, repetía:

- ¡Qué buena es usted, doña María Cruz! ¡Qué buena! Perdóneme usted.

Entonces, sí... Entonces asomó una lágrima a los ojos de la maestra.



-NOA-