viernes, 11 de abril de 2014

Noche de reyes (porlachicadeayer)

Todavía recuerdo con nostalgia, cariño y una cierta rabia aquella noche de Reyes en que tendría unos nueve años y mi hermana cuatro menos.
Se acercaba la noche mágica para los niños y a medida que se avecinaba la fecha, la ilusión iba en aumento día a día.
Contábamos las horas y hacíamos nuestros pronósticos sobre qué nos traerían y la cantidad de juguetes que esa noche recibiríamos. La noche de Reyes, la abuela nos acostó temprano, no nos dejó echarnos la siesta como de costumbre, así podríamos acostarnos pronto como ella quería. Así lo hicimos, pero la emoción era tan grande....que a pesar que intentamos dormir, apretando fuerte los ojos, no pudimos, aunque al final el sueño nos venció. Era aún de noche, cuando unas sacudidas me despertaron. Era mi hermana que me zarandeaba para que nos levantáramos. Seguramente ya han pasado los Reyes me decía. Y sin pensarlo dos veces nos levantamos...despacito... despacito, sintiendo el frío del suelo en nuestros pequeños pies y nos fuimos acercando hasta el comedor. Estaba oscuro pero, por el cristal del balcón, se filtraba la luz tenue de una farola, así la oscuridad era menor. Fuimos tanteando con miedo que nos oyeran, sobre todo la abuela y encima de la mesa, los bultos fueron cobrado formas: dos muñecas, una cocinita, cacharritos, dos carteras, dos plumieres, calcetines y algunos caramelos. Anís y Coñac para los Reyes.
Contentas por lo que habíamos visto, nos fuimos corriendo a la cama, ahogando nuestras risas, por si se despertaban y nos reñían, así abrazadas esperando que el día llegara pronto caímos en el sueño.... Un grito de la abuela, nos despertó, y nos instaba a levantarnos. ¡Habían llegado los Reyes!... saltamos de la cama corriendo, ahora podíamos ver a la luz del día los juguetes que nos habían dejado, la muñeca, los cacharritos, las carteras.....

Desayunamos corriendo y la abuela nos arregló, nos puso el vestido de los domingos, y con un frasco pequeño, bajamos a la droguería de Paquita, a por dos pesetas de colonia. ¡Perfumadas y con las galas de los domingos nos fuimos a la calle! ¡Teníamos que lucir aquellos hermosos regalos! Mientras esperábamos a las demás niñas que bajaran, yo miraba a mi muñeca ¡Qué bonita era! No tenia vestido, pero ella me dio un trapo bien bonito con que arroparla. Yo la llevaba fuertemente cogida contra mi corazón, hacia frío y no quería que ella lo pasara. Poco a poco fueron llegando las niñas, todas contentas, nos mostrábamos los distintos juguetes. Las niñas, los muñecos y los niños, los coches, pistolas o balones. Por fin apareció Maribel, era una niña más afortunada que el resto de nosotras, su papa era militar y ella la pequeña de un montón de hermanos ya mayores, bajó contenta, con su mejor vestido y sus zapatos de charol negros, empujando un gran coche de capota azul oscuro, de ésos de estilo ingles, con grandes ruedas muy brillantes. Dentro estaba el muñeco más bonito que jamás había visto. Tenía los ojitos de un azul cielo, cubría su cabecita un gorrito de lana azul y blanco por donde se veían los rizos de un pelo rubio, y lo anudaba bajo su barbilla con un gran lazo azul.
Un gran faldón cubría su cuerpo estaba lleno de jarretas bordados lazos y encajes, asomaban unos pequeños patucos de lana del mismo color que el gorrito. Muy abrigadito dormía calentito en su cuna con sabanas mantas y ¡¡¡¡hasta colcha!!!!

Todo hacia juego, maravillada, miré a mi pobre muñeca, arropada con un trapo. ¡¡¡¡Aquello no era lo que yo había pedido los REYES MAGOS!!!! Había escrito la carta de mi puño y letra, donde les ponía que me trajeran una muñeca bonita.... Pensé que injustos habían sido conmigo..
Había sido una niña buena. Hacía los recados, iba a por el pan antes de ir al colegio, todo lo que me mandaba la abuela, lo hacia, hasta dos veces fregué el suelo de rodillas cuando la abuela se rompió el tobillo!!!!
Algo había hecho mal para que no me trajeran cosas tan bonitas como a Maribel....

Con el tiempo y el colegio aquello se fue pasando, pero en mi corazoncito tenia la esperanza que al siguiente año, quizás si me portaba mejor tendría un coche y un muñeco como el de Maribel. Me esforcé como nunca ese año, hacía los recados sin protestar, cuidaba de mi hermana, obedecía, etc... etc...Por fin la fecha se fue acercando, mis compañeras de colegio ya estaban haciendo planes para ver que pedían ese año. Sin embargo algo iba a cambiar y rompería esas ilusiones, mi compañera de mesa, lo tenia muy claro, y cuando yo hablaba sobre lo que me gustaría que me regalaran los Magos, ella me decía...¡¡¡No te lo traerán!!!!- me comentaba muy segura, eso vale mucho dinero y tu madre y tu abuela no podrán pagarlo!!!. La miré fijamente asombrada y la contesté...¿ Como van a ser mis padre? ¡¡son los Reyes Magos!!!! ¡¡no los padres!!!..-¡¡Que tonta eres!!!!.- me replicó.-los Reyes son los padres, y como no tienen dinero no te traen lo que siempre pides, o ¿no te has dado cuenta? te compran cualquier cosa y con eso te conformas, Acaso no has visto en la juguetería cuando vas a comprar el pan, un cartelito que pone """se apartan juguetes para Reyes""", claro que había visto ese cartel, pero no sabia qué quería decir, pues los padre.- prosiguió.-van allí, escogen los juguetes, y después los van pagando poco a poco...
Aquella afirmación, no podía ser cierta!!!!.Los REYES ERAN MAGOS, y como tal, podían traerte los que les pudieras,,, si eras muy muy buena.
Además mis padres eran pobres, mi abuelo era barrendero, y mi madre hacia calzoncillos con mi abuela para una tienda, además mi padre se separó de mi madre, por eso vivía con mi abuela y mi hermana. La confesión sembró mis dudas. y si fuera verdad??? pensaba. Al día siguiente cuando regresaba de comprar el pan...me paré en el escaparate de la juguetería, ¡allí estaba el maldito cartel!!!!
""SE APARTAN JUGUETES PARA REYES". Muy bien puesto, en un lugar del escaparate que se viera bien. Tenía razón. Ese año pensaba descubrirlo, estaba dispuesta. Escribiría la carta como todos los años e hice hincapié sobre el dichoso cochecito y el muñeco y además agregué muchas más cosas, esperando a ver que pasaba. Había sido muy buena, me dijo la abuela, cuando yo le pregunte sobre los Reyes... entonces no había más que esperar a que llegara esa noche,,,
Por fin llego la ansiada noche, mi hermana no sabia nada, sin embargo cumplimos el ritual... nos acostamos pronto, y ella se durmió enseguida, yo por el contrario fingía dormir. Al cabo de mucho rato, entró mi madre, nos arropó nos dio un beso y salió, dejando la puerta un poco abierta. Oí que hablaba con la abuela...-ya están dormidas madre!!! Vamos a colocar todo y nos acostamos!!!¿Te parece bien? la abuela debió de asentir porque al ratito sentí jaleo de papeles y envoltorios, me levanté despacio...y ví cómo estaban colocando los juguetes,,, con la mirada clavada en ellos, no vi el coche ni el muñeco como el de Maribel..¡¡.DIOS MIOS!!! ¡¡Qué desilusión!!! Mi amiga tenia toda la razón, ¡¡¡eran los padres!!!, ahora entendía porque nunca me traían lo que pedía, mis juguetes deseados, pues en casa de los abuelos no sobraba el dinero, entonces comprendí muchas cosas. La abuela nunca me daba dinero para comprar el pan ni en la tienda del señor Taquines, siempre iba con un cuadernito donde la panadera y el de la tienda apuntaban lo que me llevaba,al final del mes la abuela pagaba todo, y así vuelta a empezar, eso lo he comprendido con el tiempo, se compraba fiado.De todo esto, deduje que los Reyes eran una gran mentira, y aunque a los niños nunca se les debe mentir, también entendí con el tiempo, que para ellos era un gran sacrificio que nosotras tuviéramos esos humildes juguetes,esto me causó un trauma a lo largo de mi vida. Cuando tuve a mis hijos, me prometí a mí misma que ellos no pasarían por lo que yo pasé, desde muy pequeños supieron que nosotros éramos los encargados de comprarles los Reyes, y siempre los han tenido, jamás les han faltado, unas veces mejor a otras, pero ellos eran conscientes que aquellos regalos salían de nuestro bolsillo, no de unos Magos, que encima se llevaban todo el mérito, sin poner un duro, y cuando no había mucho dinero y teníamos un presupuesto,,se acataban a él, con toda su responsabilidad. Siempre he llevado la tradición de festejar ese día, nunca han faltado los regalos que esperamos con ilusión, pero ahora que ellos son mayores, siguen con la forma tradicional, cosa que yo respeto, y cuando viene a mi casa a recoger sus regalos, y veo esas caritas de ilusión, porque tienen lo que han pedido, todo no lesfalta de nada pues me alegro que sea así, quizás yo sin querer haya roto un poco la ilusión de mis hijos, y por eso les pido perdón desde este relato verídico, que me causó un cierto dolor ... por cierto una año tuve un muñeco como el que soñaba....pero eso es otra historia....

2 comentarios:

  1. En su momento este escrito ya provocó la admiración de quien tuvimos el privilegio de leerlo. El tino con el que describe las emociones con y desde el corazón tan propio de las personas a las que la vida hizo sabias y que logran que para nosotros cada día tenga el sabor de una mágica noche de reyes.

    Gracias lachicadeayer por compartirlo y besos de admiración y de cariño para tí.

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  2. bonito, bonito,
    ¿quien no ha sentido esa decepción?
    ¿quien no guarda algo así?

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