Inicio con este EBRIOS DE PODER la
publicación de una serie de sonetos bajo el denominador común de ser
monorrítmicos; es decir mantener durante los 14 versos una misma acentuación.
Según los tratadistas de Métrica y
en especial Antonio Quilis, uno de nuestros más autorizados
lingüistas, los llamados endecasílabos compatibles italianos se dividen en
cuatro grandes grupos según donde lleven los acentos llamados estróficos, aparte de la sílaba 10ª en la que obligatoriamente siempre deberá llevar acento.
Estos cuatro grupos son:
endecasílabo enfático lleva acentos en la 1ª y (6ª u 8ª) sílabas
endecasílabo sáfico lleva acentos en la 4ª y (6ª u 8ª) sílabas
endecasílabo melódico lleva acentos en 3ª y 6ª sílabas
endecasílabo heroico lleva acento en 2ª y 6ª sílabas
Hay, aparte de
estos cuatro grupos de endecasílabos compatibles italianos, otro endecasílabo
no compatible con los anteriores. Es decir que nunca se podrá mezclar con ellos y viceversa, nunca un verso compatible de los cuatro anteriores,
podrá figurar en un soneto
endecasílabo de gaita
gallega lleva acentos en la 1ª, 4ª y 7ª
Lo habitual es
que en un soneto se mezclen los versos compatibles de las cuatro categorías
antedichas, dando lugar a sonetos polirrítmicos que son la gran mayoría y que
para mi particularmente son los preferidos.
De vez en
cuando un autor se autoimpone a modo de reto personal la tarea de componer
sonetos monorrítmicos. No son generalmente los más eufónicos, pero sí los que
suponen un mayor esfuerzo.
Ustedes me
perdonarán lo pierdan en eufonía mis sonetos a cambio de lo que suponen de
esfuerzo personal para mantener alejado el Alzheimer.
EBRIOS DE PODER
(Endecasílabos
enfáticos. Acentos
en 1ª, 6ª u 8ª y 10ª)
Ebrios de su
poder y su locura
surgen los
Rato, los Pujol, los Blesa;
casta de
delincuentes, gente aviesa,
padres de la
falacia y la impostura.
Hijos de la
ambición y desmesura.
Hombres sin
dignidad, raza burguesa,
quiebran su
juramento o su promesa;
roban con
infinita cara dura.
Son abyectos
falsarios araneros.
Son
buitres carroñeros
malolientes;
falsos,
embaucadores, usureros.
Víctimas:
pensionistas indigentes,
íntegros,
justos, púdicos, austeros,
fáciles a endosar las preferentes.
fáciles a endosar las preferentes.
Jess
Primero lo que es de justicia, te la ganaste:
ResponderEliminar[img] http://donsabelo.com/wp-content/uploads/2012/02/Picture-292.png [/img]
Y segundo: Pa qué me los nombras, pa qué me los nombras.. mira que cara se me queda..grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr //guiño
[img]http://media.telemundo51.com/images/enojo-control.jpg[/img]
Escribió Gabriel Celaya:
ResponderEliminarMaldigo la poesía concebido como un lujo
cultural por los neutrales,
que lavándose las manos se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Aunque te haya dejado de esa guisa, no puedo soportar las maldición
de Celaya de todos los Celaya, gente honrada y mi propia conciencia que
lo es tambien.
Escribió León Felipe:
ResponderEliminar“La poesía llega… ahí está”
La Poesía llega como un gendarme a la casa del crimen.
Ahí está. Viene porque la he llamado yo.
Ya viene con su ademán desnudo,
con su mirada sin cortinas,
con su mirada sin eclipse…
con su mirada que no se esconde nunca bajo el toldo de los párpados
ni a la sombra de las pestañas…
Viene con su mirada abierta siempre.
La Poesía llega con su apostura fría,
cínica,
inmisericorde…
como un soldado terrible,
como un sayón, como un sargento encargado del cacheo y del desahucio,
como un oficial eclesiástico de la Inquisición,
como el escribano con su mazo de infolios donde se va
a escribir el inventario de todo lo que se esconde bajo el sótano,
como el confesor con su saco blindado donde se van a meter
los crímenes,
las herejías,
los ídolos falsos,
las lámparas votivas alimentadas con alquitrán.
La Poesía llega.
Viene porque la he llamado yo.
Viene a confesarme y registrarme.
Un hombre cualquiera puede ser el poeta:
el publicano que no sabe rezar…
también el publicano…
cualquier publicano…, el último publicano.
Porque también el corazón de los inconsiderados
entenderá la sabiduría…
y la lengua de los balbucientes
hablará clara y expedita.
Y el poeta es el hombre que llama a la poesía sin miedo.
Al gran sayón…, al viejo sayón inmisericorde,
y le dice cuando llega a su puerta: Entra,
Quiero saber dónde vivo.
¡Hay tantas sombras,
tantas telarañas
y tantos fantasmas aquí dentro!
Entra.
Tú eres la Poesía… la Verdad y la Luz
¿No es así?
La que abre las ventanas
y rompe los goznes de las puertas…
¿No es así?
La que ahuyenta el trote de las ratas
y apaga el ruido espectral de la polilla en la madera.
¿No es así?
La que barre cortezas caídas y los vidrios quebrados
que se amontonan en los rincones tenebrosos…
¿No es así?
La que encuentra los grandes versos perdidos y los
grandes sueños que en la revuelta de las pesadillas
se escondieron entre las circunvoluciones del colchón…
¿No es así?
La que encuentra también el cardiograma olvidado entre
los folios del viejo libro polvoriento, el cardiograma
donde se registran los golpes del fantasma apócrifo y
los del ángel del destino…
¿No es así?
La que sabe dónde está la soga que una noche amarré
de la viga más recia…
¿No es así?
La que viene a apretar y a exprimir la vejiga de las
lágrimas hasta la última gota de sangre y de leche…
¿No es así?
La que viene a tapiar con ladrillos de fuego el cuarto
donde la lujuria y el sexo envenenado guardan los
negros sueños espantosos…
¿No es así?
Tienes una llave, ¿verdad?
y una piqueta… y un hacha…
y una mecha encendida
y una escoba
y unos ojos sin párpados…
¿No es así?
Tú eres… ¡tú eres!
A ti te he llamado.
No eres la hermosa doncella vestida de blanco
y con una ramita de laurel
para el bonete del juglar.
Eres dura, seca… y fea… fea
como la verdad para el criminal… para mi.
Yo soy un criminal…
un criminal… como cualquier hombre de la tierra,
un criminal… como cualquier ciudadano del mundo.
Soy el gran criminal vestido de hollín y de betún
que loco y fugitivo
recorre este planeta apagado y tenebroso.
Lo confesaré todo:
He asesinado a la Belleza
y he apuñalado a la Alegría…
He ahogado a la estrella
y he arrojado la lámpara al pantano.
¡Mirad mis manos chorreando sombras!
¡Mirad estas manos de carbón llenando de humo el aire
y apagando las últimas pupilas,
las luciérnagas,
los faros
y los astros.
¡Sálvame!… Quiero la Luz
¡Sálvame!… Quiero ver la luz… ¡Sálvame!
Te he llamado para que me salves.
Y te he llamado a ti…
no a la hermosa doncella vestida de blanco
con una ramita de laurel
para el bonete del juglar.
Te he llamado a ti… a ti… viejo sayón inmisericorde.
Y te he llamado para que luego de oírme
registres esta cueva,
abras las ventanas,
derribes las puertas,
barras las tinieblas,
quemes mis entrañas
y dejes entrar de nuevo en esta casa subterránea
en este cuerpo funeral…
la Alegría y la Belleza resurrectas,
como un río de luz sin presas y sin frenos.
León Felipe
LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO
ResponderEliminarCuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.
Gabriel Celaya
RESURRECCIÓN
ResponderEliminarLa poesía entra en el sueño
como un buzo en un lago.
La poesía, más valiente que nadie,
entra y cae
a plomo
en un lago infinito como Loch Ness
o turbio e infausto como el lago Balatón.
Contempladla desde el fondo:
un buzo
inocente
envuelto en las plumas
de la voluntad.
La poesía entra en el sueño
como un buzo muerto
en el ojo de Dios.
Roberto Bolaño
[img]http://3.bp.blogspot.com/-W56wR1CiUUE/VEdeZV8R5JI/AAAAAAAAMF8/W_fTj1ZvFsI/s1600/unnamed.jpg[/img]
ResponderEliminarLo siento, esta viñeta iba destinada al comentario de "dosis de buena risa o de mala ... que esta en la siguiente entrada. Intentaré que no vuelva a suceder. Si ud. puede cambiarla.. o quitarla se lo agradezco.
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