Tenía las manos vacías
y el corazón lleno a reventar
de sueños incompletos y rotos.
Pasan los días sin piedad
con un ritmo vertiginoso,
mudo e implacable.
Días iguales, idénticos;
horas amontonadas de segundos,
haciendo minutos insípidos…
¿Dónde se perdió el sendero?
¿Dónde los días se hicieron de hielo?
¿Cuándo se nublo la mirada?
Tenía las manos vacías,
pero el corazón lleno de sueños por compartir
y días por sembrar al lado del camino…
-Musiquilla-
Echaba de menos tus poemas, cielo. Todos son como pequeños pedacitos de espejos en donde nos vemos reflejados en alguna ocasión y tú, cielo, tienes el don de poner las palabras exactas donde los que no poseemos tu virtud, solo encontramos el silencio.
ResponderEliminarMi enhorabuena cielo y el deseo de que esos estados solo sean pasajeros estados del alma.
Te hago tres reverencias cielo, una por cada uno de los poemas, y muchos besos que de esos no hay que escatimar nunca (ni aún siendo catalana //guiño)