Hijos del mismo Dios, los mismos
barros;
hijos del mismo surco y misma reja;
sembrados con amor en la pareja;
y del mismo alfarero son cacharros.
Llamados a jalar los mismos carros,
el ansia de poder y la estulticia,
la envidia, la soberbia y la avaricia
consiguieron por mucho que te asombre
hacer del hombre un lobo para el hombre
inventando la guerra y la injusticia.
¿Puede la culta Europa en paz dormir,
protestar levemente y lamentarse,
diplomáticamente encabronarse
y mirar de soslayo y transigir?
Hoy llevan a los niños a morir
robados a sus padres. Nos aterra
que rieguen con su sangre aquella tierra
destinada a sus juegos infantiles,
que pongan en sus manos los fusiles
los malditos señores de la guerra.
hijos del mismo surco y misma reja;
sembrados con amor en la pareja;
y del mismo alfarero son cacharros.
Llamados a jalar los mismos carros,
el ansia de poder y la estulticia,
la envidia, la soberbia y la avaricia
consiguieron por mucho que te asombre
hacer del hombre un lobo para el hombre
inventando la guerra y la injusticia.
¿Puede la culta Europa en paz dormir,
protestar levemente y lamentarse,
diplomáticamente encabronarse
y mirar de soslayo y transigir?
Hoy llevan a los niños a morir
robados a sus padres. Nos aterra
que rieguen con su sangre aquella tierra
destinada a sus juegos infantiles,
que pongan en sus manos los fusiles
los malditos señores de la guerra.
JESS (MADRIGAL)
nacemos y morimos igual, pero no nos dejan vivir del mismo modo
ResponderEliminarel ansia de tener, para no llevarnos luego nada....
Mientras el comercio de armas sea un negocio, habrá guerras. Mientras el sentimiento religioso tropiece con manos de fanáticos, habrá guerras. Mientras haya quien cree fronteras y quien quiera modificarlas a su antojo, habrá guerras.
ResponderEliminarY entretanto la crueldad recostada en sillones de cuero dispara, la sangre de inocentes se derrama y el silencio aterrador mira hacia otro lado y se convierte en cómplice.
Me uno a tu grito desgarrado, Madri corazón.
Besitos