La noche se asoma
Ante mis letras
Que no alcanzo a responder.
El aliento afilado,
Los parpados petrificados,
La voz ausente
Y su recuerdo…
Que se desangra en mis latidos.
El silencio lo dice todo,
La distancia rasguña
Mis palabras y me deja
Un sabor amargo entre los dientes.
El descaro del olvido me invita
A suspirar a solas
Sin saber porque.
Las manos temblorosas…
La boca seca…
Y una columna de humo
Que se dibuja en el aire,
Y que poco a poco
Se desvanece entre mis manos.
Mi espalda se ha vuelto mármol
Esta noche.
Mi estómago tiembla al pensar
Que alguna vez
La vi entre mis sueños,
Y que hoy
Se escabulle con excusas
Que ni el viento ni los árboles comprenden…
Susurros…
Se han vuelto mis recuerdos…
Mis sueños…
Se deslizan tempestuosos sobre mi pecho
Y no sé…
Si continuar contando pasos
A la orilla del camino
O volverme de arena entre las olas
Y desaparecer
Sin decirle nada al viento…
No lo sé…
Quisiera olvidar mis miedos
Y no temerle a tus temores.
Quisiera repetir tu abrazo
Y beber tu aliento
En un beso que no termine.
Y olvidar callando esta melancolía.
Quizás sea el tiempo
Cobrándole cuentas al destino…
Jack
La valentía del amor es quedarse siempre Jack. Quizás no entiendas los silencios y las ausencias, pero tú nunca te muevas de tu sitio para que cuando te necesite, y te necesitará, seguro, ahí estés para que convierta en barro maleable esa espalda que la distancia y el silencio ha convertido en mármol. La espera siempre merece la pena, tesoro. A quién añoras merece la pena si es capaz de despertar en ti este universo particular de sensaciones.
ResponderEliminarBesitos y gracias por compartir tus, poemas, en definitiva: tus sentimientos. Es un placer ser espectadora de ellos. Vaya que como si estuviese sentada en el palco presidencial me siento cuando te leo, bonico