Me voy… digo.
Pero me quedo.
En realidad
prefiero verte partir,
observar en
silencio cómo te alejas,
el paso
tranquilo, el rostro sereno
y la mirada
extraviada a lo lejos,
como si no
quisieras marchar todavía.
Te miro y me
pregunto
si lo que
intuyo es verdadero,
pues, a veces,
tengo la sensación extraña
de que me
ocultas gestos, palabras…
que acallas
para no sobresaltar
el ritmo
acompasado de lo consentido.
Digo me voy. Pero me quedo.
Permanezco de nuevo a la espera,
pensando en silencio
que quizá mañana,
antes de
marchar, tu boca se abra
y confiese, sin
miedo alguno, qué escondes
cuando de esa manera te marchas.
Cuando te
alejas silencioso,
con paso
tranquilo y rostro sosegado,
el peso
de tus pensamientos guardado
y como si en
verdad no quisieras marchar todavía.
Musiquilla
Pues yo no me voy, me quedo porque es un lujo leerte nenica. Me dejó sin más que añadir, son de esos poemas que una disfruta leyéndolos en silencio. Besitos y gracias por compartirlo que se te echaba de menos poetisa bonica.
ResponderEliminarBien pudiéramos decir que es un canto a la indecisión, al sí pero no...
ResponderEliminarSentida despedida cargada de simbolismo que se esfuerza por llegar hasta donde no alcanzan las palabras.