Entra firme y
el sonido del taconeo provoca la envidia (sana pero envidia al fin y al
cabo) de todas las féminas que con sus dientes rallan el parquet de la sala por
ver la colección de zapatos que tiene. Y
una mira mismamente sus mismas (valga la redundancia) zapatillas de goma con pompones (con cuña, por supuesto!) y se conforma (qué remedio!) pensando en el vértigo
que deben dar esas alturas.
Cuando llega
ella el sector masculino sólo es capaz de suspirar cuando sus tacones
despiertan su sorprendente mundo de fantasía e imaginación.
Descubrir que puede trabajar de camarera encaramada en sus alzas es ser consciente de que las limitaciones nos las ponemos nosotros mismos y que si quieres: puedes!
Descubrir que puede trabajar de camarera encaramada en sus alzas es ser consciente de que las limitaciones nos las ponemos nosotros mismos y que si quieres: puedes!
Nuestra Carrie Bradshaw particular, haciendo buena esa frase de nuestro venerado (versus admirado) Cristian Dios "Las mujeres no llevan lo que les gusta. Lo que les gusta lo llevan". Va por ti querida amiga porque "Los ríos profundos son siempre los más silenciosos"
camarera como te haces rogar y no nos dejas ves tu coleccion
ResponderEliminarya la colección la vemos dia a dia en la sala
ResponderEliminarse ve q pisa fuerte
FABI
Perdona camarera, pero no me dicen nada, "no me ponen" esos tacones que nos muestras. Para mi solo tienen sentido si son como esas cuatro piezas de madera tallada que enmarcan "Las Meninas". Los zapatos, tacones, taconazos que luces en las salas de chat, sí tienen sentido y "sí me ponen" porque están abrazando (¡qué envidia!) y realzando la belleza natural de unas piernas hermosas.
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